martes, 24 de abril de 2012

E.I. Los menores ¿Saben hacer un buen uso de las redes sociales? Laura.

Actualmente, vivimos en una era caracterizada por los avances tecnológicos. Uno de ellos y, probablemente, el que más ha revolucionado el mundo de las TIC fue la aparición de internet. Pasaron unos años hasta que llegaron a este mundo las tan odiadas y rechazadas por los padres, redes sociales. Si bien, es cierto, que las generaciones anteriores a la nuestra no han tenido la oportunidad de crecer rodeados de tecnología y por tanto, no son capaces de comprender hasta que punto, ésta, puede beneficiarnos en nuestro desarrollo como personas.

No me hace falta ir más lejos de mi propia familia para comprobar lo dicho anteriormente. Pues cuando yo tenía alrededor de 15 años estaba bastante enganchada a una de estas redes y mis padres no supieron ayudarme a gestionar mi adicción, sino que únicamente me prohibieron entrar. Sin embargo, con el paso del tiempo, yo misma, aprendí a controlarme y hoy en día soy consciente del error que cometí. Del mismo modo, ahora, mi hermana está en la edad de comenzar a navegar por  internet y soy yo la que la ayuda en estos temas. Gracias a los conocimientos que yo he ido adquiriendo con el paso de los años ella sabrá hacer un uso responsable de las redes sociales.

Pero no todos los niños tienen la suerte de ser informados correctamente de los problemas que pueden acarrear las redes sociales.

Según un informe de la Comisión Europea sólo dos de las catorce redes sociales más importantes cumplen con los requisitos de seguridad acordados y por tanto no protegen por defecto los datos privados de los menores de edad. Es por ello que debemos hacernos una pregunta: ¿Son seguras las redes sociales para los menores? A lo que cabe responder de manera afirmativa. 

Las redes sociales tienen formas de proteger los datos, pero hay que saber utilizarlas de manera correcta para poder hacerlo. Sin embargo, la mayoría de adolescentes y niños que las usan no tienen idea de las consecuencias que puede tener una mala gestión de las mismas. No obstante, hay diversas maneras de solucionar este problema. ¿Por qué no se enseña a los alumnos a hacer un uso correcto de éstas y a ocultar sus datos personales?

Los docentes deberíamos plantearnos, de alguna manera, el incluir las redes sociales en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ya que hoy en día los alumnos han perdido gran parte del interés que mostraban, hace unos años, por aprender. Y, por ello, hemos de encontrar la forma de motivarles para que hagan renacer ese interés y atracción por el aprendizaje. La mejor manera de hacerlo es enseñarles desde su propio mundo y que mejor manera que con el uso de las redes sociales. 

Si las utilizaramos de forma regular en clase y se informara, tanto a padres como alumnos, de cómo llevar a cabo un bueno uso de éstas, los problemas que aparecen continuamente en los medios de comunicación tradicionales se reducirían bastante. Un ejemplo del uso de las redes sociales en la educación puede ser, por ejemplo, esta página llamada Redalumnos.

Por todo ello, debemos concluir diciendo que las redes sociales en sí no son malas, sino que la repercusión que tendrán en nuestra vida dependerá del uso que les demos. Como bien decíamos en la asignatura, no hay medios buenos ni malos, ni existe un supermedio sino que todo dependerá del uso que hagamos de los mismos. 

Vivimos en una era tecnológica y no podemos evitarlo. La pregunta es ¿Renovarse o morir? 


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