sábado, 21 de abril de 2012

E.I Práctica 9: Twitter. Mari Carmen Jiménez

Ayer, en clase de Medios, Materiales y Tic´s, estuvimos trabajando la práctica 9. Para ello, quienes no teníamos cuenta en Twitter, tuvimos que crearnos una.

Los veinte contactos a quienes he decidido seguir son: @nereamv84, @miguelsola69, @emsb1974, @Educa2Tic, @ABeatriz_DL, @aurelioalba, @jacardet, @maestrabarreto, @Phandoras, @patriharo, @floyflo, @EInfantil, @CrisCantet, @David_Caba, @JuanImac, @msvalverde, @NubecitasdeS, @mallemar, @lalunaesmilugar, @jorgeavilam.

Los motivos por los cuales he decidido seguir a éstos son porque considero que me pueden enriquecer bastante tanto  a nivel personal como profesional. La mayoría de ellos son educadores, fans de las Tic´s y algo muy importante, quieren provocar una nueva forma de ver la tecnología en el aula.

Las tres historias que he leído en la web “El bazar de los locos” son Más allá de cuatro paredes y un claustro inerte de Jaime Olmos Piñar (@olmillos), Twitter como herramienta para el desarrollo profesional y personal del profesorado de Azucena Vázquez Gutiérrez (@azuvazgut) y No solo es Twitter de Jordi Adell (@jordi_a). De estas tres historias, la que más me gustado ha sido la primera de ellas, Más allá de cuatro paredes y un claustro inerte. El motivo por el cual esta historia me ha encantado ha sido porque Jaime gracias a su gran energía, positivismo y optimismo, me ha hecho pensar y reflexionar que a veces somos nosotros mismos los que nos establecemos unos límites que nos impiden conseguir aquello que realmente queremos. En palabras suyas, “…creo que deberíamos romper con estas barreras y estos límites que nos autoimponemos y tratar de mirar un poco más adelante, solo así las realidades que tenemos delante podrían empezar a cambiar…”. Otra de las cosas que me ha conmovido es que me ha hecho sentir que el cambio que la educación necesita es posible, pero los primeros que tienen que cambiar son los educadores, adaptando la educación a la sociedad del siglo XXI. Para acabar decir que como bien dice Jordi, “si somos capaces de soñar con los alumnos y ver a través de sus ojos, el cambio será posible”.

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