domingo, 22 de abril de 2012

E.I. Menores y redes sociales. María Gregorio


Vivimos en una etapa en la que, queramos o no, las tecnologías de la información y la comunicación son parte de nuestra vida. Algunos hemos convivido con ellas desde muy pequeños, para otros son todo un mundo desconocido, pero para nuestros más pequeños son una parte más de la realidad en la que han nacido. Los niños ya no vienen con un pan debajo del brazo, ahora traen un ordenador. Dentro de estas nuevas tecnologías, las redes sociales ocupan un lugar muy importante en los quehaceres de nuestros menores, pues podemos afirmar según un estudio presentado por los responsables de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) que casi el 70% de los menores internautas españoles son usuarios habituales de éstas, más del doble que hace tres años. Pero, ¿cómo afecta esto a los menores? ¿Beneficia o perjudica? ¿Realmente son las redes sociales un recurso educativo o una de las causas por las que los niños no dedican tanto tiempo al estudio?
Como bien se dice, todo depende del cristal con el que se mire. Debemos ser conscientes de que no podemos adaptar los niños a la educación que nosotros queremos impartir o a aquella que se impartía hace 15 o 20 años. Debemos asumir que los tiempos han cambiado y evolucionado y que la educación debe hacerlo con ello. No podemos estancarnos en la educación de antaño, debemos dar oportunidad a los niños de hoy de aprender con aquello que están conviviendo que será lo que utilicen en su día a día. No podemos, por tanto, ignorar o tachar de perjudicial algo por el hecho de desconocerlo, pues tenemos que ser nosotros como docentes los que nos acerquemos a su realidad y partir de ahí su aprendizaje. Si a los niños les gusta Bob Esponja, para ellos va a ser realmente motivador aprender las vocales con dicho personaje. Por tanto, si los menores, hoy día, dedican gran parte de su tiempo a navegar por las redes sociales, ¿por qué no utilizarlo como base para su aprendizaje?
Debemos abandonar la concepción que tenemos de “red social” como algo malo y empezar a ver todos los aspectos positivos y educadores que podemos extraer de ella que son muchos. ¿Por qué sólo vemos la parte negativa? Es cierto que a menudo aparecen noticias de menores que sufren abusos a través de las redes sociales, menores que conocen a personas a través de éstas que no van con buenas intenciones, etc. pero, y los aspectos positivos ¿por qué no los dan a conocer también? ¿por qué preferimos ignorar el problema denegando el acceso a las mismas en los centros públicos en lugar de colaborar para su buen uso si fuera del centro sabemos que las utilizan? ¿Por qué no colaboramos con la formación a padres? Tendemos a quedarnos con lo que vemos y no vamos más allá. Con las redes sociales podemos llevar a cabo un acercamiento entre la vida privada del alumno y la del profesor, lo que aumenta el conocimiento entre profesores y alumnos y, por tanto, el sentimiento de comunidad educativa. Asimismo, podemos crear páginas de debate donde los niños lancen sus opiniones, consultan dudas, etc. del mismo modo que le mandamos que al día siguiente nos traigan un ejercicio hecho. De la misma forma, podemos crear una cuenta de la clase donde se puedan resolver dudas, poner avisos, etc. De hecho, en nuestro grupo de clase tenemos una cuenta de Tuenti llamada “Grado Infantil Grupo Tres” donde la delegada va poniendo avisos, los exámenes, trabajos, exponemos nuestras dudas, etc. y pienso que a todas nos ha sido de gran utilidad en muchas ocasiones. Como docentes, tenemos que aprovechar el poder que nos ofrecen las redes sociales en nuestra labor de enseñanza, ya que con ellas los niños pueden aprender muchísimo de forma motivadora al mismo tiempo que disfrutan. Asimismo, desde el punto de vista de los docentes, ofrecen la posibilidad de crear redes de profesores en las que pueden compartir sus conocimientos, sus experiencias y métodos didácticos con el objetivo de mejorar la calidad de los contenidos que se imparten en las aulas a través de las aportaciones de expertos de todo el mundo que nos enriquecería muchísimo. En este video podemos ver algunas de las aplicaciones educativas que nos ofrecen las redes sociales pero tan solo son una pequeña parte de todas las que podemos realizar. Además, me gustaría destacar la existencia de una red social llamada “Misait” destinada a niños de a partir de 6 años en la que se potencia un entretenimiento divertido y creativo donde también participan padres y profesores. 
Como conclusión, me gustaría decir que debemos tener claro que lo malo no es la red social, sino el uso que se haga de ella y la forma en la que la gestionemos tanto padres como docentes. Debemos concebirla como la posibilidad de crear espacios de aprendizaje e intercambio de información entre los docentes y los alumnos o alumnos y alumnos. Con todo lo dicho no quiero dar a entender que las redes sociales no supongan también un riesgo para los menores pero es por esta razón por la que debemos formarnos como docentes y colaborar en la formación a padres, ya que únicamente llevando a cabo una serie de simples consejos los riesgos que puedan existir se pueden lidiar, abriendo paso a un camino de aprendizaje óptimo y motivador para el alumnado. Aprovechemos las redes sociales de las que pueden surgir tantas utilidades como docentes hay. 

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